ShopDreamUp AI ArtDreamUp
Deviation Actions
Literature Text
-¿Qué piensas? ¿Piensas en escapar de mí?-susurra en mi oído en un tono que muestra su burla hacia mí.
-Sí, no te necesito-Ella ríe a carcajadas-¡Calla!-Le ordeno, me mira seria.
-No te mientas me necesitas, necesitas dejar de ver esa panza cada que buscas tus pies, necesitas dejar de comer, aguantarte las ganas de esos estúpidos chocolates, necesitas volver a tu talla anterior. No me mires como la mala, yo solo trato de ayudarte, esa psicóloga tuya, ¿Qué ha hecho por ti?-Pregunta indagando mi mirada.
-Ayudarme a librarme de ti-chasquea la lengua en respuesta-A aceptarme como soy, a no necesitar a nada ni nadie, solo a mi-Contesto recordando todo lo que me ha costado superar bastantes cosas.
-¿En serio? Porque por lo que veo, no has cambiado mucho, bueno-me mira de arriba abajo-has subido de peso, ¿Qué talla eres ahora? Apuesto a que estas en 28 en pantalón-Sonríe maliciosamente. Es cierto, he subido de peso, mi talla es 28. Siento una oleada de horror-Si realmente, no me necesitarás ni siquiera estarías discutiendo conmigo, ni siquiera hubieras pensado en mí esta tarde-Se sienta en mi cama y me invita a tomar asiento a lado de ella, lo hago con miedo. No la quiero de nuevo en mi vida-¿Qué te hizo recordar a tu buena amiga?-pregunta. Veo mis manos nerviosa, no debería haberla recordado, no debería haber pensado lo que pensé.
-Yo-murmuro y trago saliva-estaba de compras con mis amigas y efectivamente, he ganado peso…así que, necesitaba una talla más grande para un vestido-un nudo en la garganta me agolpa, mis ojos empiezan a escocer-una de ellas me lo consiguió y me dijo “¡Wow! Estás subiendo de peso rápidamente”, sé que lo dijo de buen modo por lo de antes…como una felicitación, pero cuando me probé el vestido no pude evitar ver mi barriga saliéndose un poco y los brazos-pronto la ira me azoto y no pude parar-¡Los pinches brazos! ¡Dios! Son enormes y gordos, son la casa de la grasa, ¡Las piernas! Morí de pena, es como ver las de una res o un puerco-me lanzo a sus brazos a llorar-No pude evitar pensar en que quizás no debí de haberte alejado-Acaricia mi cabello.
-Puedo regresar-susurra amablemente, o lo que puedo considerar amable viniendo de ella. Lo pienso mientras lloro desconsoladamente. Recuerdo el horror al verme más gorda, al ver ese número en mi pantalón…yo solía comprar 22, ¡22!, ¿Qué me había hecho? Ella pasa unas tijeras por sus manos jugueteando con ellas-Cada que tenías hambre o comías un poco más de lo deseado, solían ser tus amigas-Dice con nostalgia. Subo un poco la playera que llevo, y las marcas siguen ahí. Empiezo a llorar por odiar esto, odiar mi cuerpo.
-No debería-susurro.
-¿No deberías qué? ¿Aumentar de peso? Pienso lo mismo, no deberías-asiente. Lloro toda la noche, sola, encerrada en mi cuarto con música de Verdi lo suficientemente fuerte.
Me he de haber quedado dormida, porque tan pronto abro los ojos, la luz del sol me fastidia. Escucho mis tripas gruñir. Tengo hambre. Y no sé si debería comer. Tomo mi último diario, voy a la parte en la que decidí dejar a “Ana”. Lo leo las veces que creo suficiente, luego leo todo lo que ha y he pasado desde mi decisión de seguir adelante. Respiro profundo, y me enfrento al espejo, sonrío. Me convenzo de que soy bonita y que valgo demasiado como para hacerme pasar por el mismo camino de nuevo. Tomo una ducha y desayuno con mi madre. Como sin miedo, (o probablemente escondiéndolo).
No es mi primera o última recaída, tampoco la más fuerte. Habrá más, lo sé. Esto no ha acabado. Y mi terapeuta no hará que acabe, tampoco el nutriólogo, o mi familia, o amigos o las 20,000 campañas que hagan. La única que puede soy yo, y para poder acabar esto, todavía tardaré. Sin embargo, tengo fe en que puedo…
-Sí, no te necesito-Ella ríe a carcajadas-¡Calla!-Le ordeno, me mira seria.
-No te mientas me necesitas, necesitas dejar de ver esa panza cada que buscas tus pies, necesitas dejar de comer, aguantarte las ganas de esos estúpidos chocolates, necesitas volver a tu talla anterior. No me mires como la mala, yo solo trato de ayudarte, esa psicóloga tuya, ¿Qué ha hecho por ti?-Pregunta indagando mi mirada.
-Ayudarme a librarme de ti-chasquea la lengua en respuesta-A aceptarme como soy, a no necesitar a nada ni nadie, solo a mi-Contesto recordando todo lo que me ha costado superar bastantes cosas.
-¿En serio? Porque por lo que veo, no has cambiado mucho, bueno-me mira de arriba abajo-has subido de peso, ¿Qué talla eres ahora? Apuesto a que estas en 28 en pantalón-Sonríe maliciosamente. Es cierto, he subido de peso, mi talla es 28. Siento una oleada de horror-Si realmente, no me necesitarás ni siquiera estarías discutiendo conmigo, ni siquiera hubieras pensado en mí esta tarde-Se sienta en mi cama y me invita a tomar asiento a lado de ella, lo hago con miedo. No la quiero de nuevo en mi vida-¿Qué te hizo recordar a tu buena amiga?-pregunta. Veo mis manos nerviosa, no debería haberla recordado, no debería haber pensado lo que pensé.
-Yo-murmuro y trago saliva-estaba de compras con mis amigas y efectivamente, he ganado peso…así que, necesitaba una talla más grande para un vestido-un nudo en la garganta me agolpa, mis ojos empiezan a escocer-una de ellas me lo consiguió y me dijo “¡Wow! Estás subiendo de peso rápidamente”, sé que lo dijo de buen modo por lo de antes…como una felicitación, pero cuando me probé el vestido no pude evitar ver mi barriga saliéndose un poco y los brazos-pronto la ira me azoto y no pude parar-¡Los pinches brazos! ¡Dios! Son enormes y gordos, son la casa de la grasa, ¡Las piernas! Morí de pena, es como ver las de una res o un puerco-me lanzo a sus brazos a llorar-No pude evitar pensar en que quizás no debí de haberte alejado-Acaricia mi cabello.
-Puedo regresar-susurra amablemente, o lo que puedo considerar amable viniendo de ella. Lo pienso mientras lloro desconsoladamente. Recuerdo el horror al verme más gorda, al ver ese número en mi pantalón…yo solía comprar 22, ¡22!, ¿Qué me había hecho? Ella pasa unas tijeras por sus manos jugueteando con ellas-Cada que tenías hambre o comías un poco más de lo deseado, solían ser tus amigas-Dice con nostalgia. Subo un poco la playera que llevo, y las marcas siguen ahí. Empiezo a llorar por odiar esto, odiar mi cuerpo.
-No debería-susurro.
-¿No deberías qué? ¿Aumentar de peso? Pienso lo mismo, no deberías-asiente. Lloro toda la noche, sola, encerrada en mi cuarto con música de Verdi lo suficientemente fuerte.
Me he de haber quedado dormida, porque tan pronto abro los ojos, la luz del sol me fastidia. Escucho mis tripas gruñir. Tengo hambre. Y no sé si debería comer. Tomo mi último diario, voy a la parte en la que decidí dejar a “Ana”. Lo leo las veces que creo suficiente, luego leo todo lo que ha y he pasado desde mi decisión de seguir adelante. Respiro profundo, y me enfrento al espejo, sonrío. Me convenzo de que soy bonita y que valgo demasiado como para hacerme pasar por el mismo camino de nuevo. Tomo una ducha y desayuno con mi madre. Como sin miedo, (o probablemente escondiéndolo).
No es mi primera o última recaída, tampoco la más fuerte. Habrá más, lo sé. Esto no ha acabado. Y mi terapeuta no hará que acabe, tampoco el nutriólogo, o mi familia, o amigos o las 20,000 campañas que hagan. La única que puede soy yo, y para poder acabar esto, todavía tardaré. Sin embargo, tengo fe en que puedo…
Literature
Phinbella-Nada mas sencillo que una cita?
Deseaba que la tierra me tragara, encojerme hasta desaparecer, que la fuerte brisa de verano me llevara, que una ventisca llegara y me cubriera de nieve pero nada de lo que deseara podría hacer que me librara de esta situación.
Bien dice el dicho y viceversa.
- ¿Flynn qué haces aquí? - le pregunta Patrick al pelirrojo - Estamos en medio de una cita.
- Que inteligente decirme lo obvio - le responde el pelirrojo sarcástico - ¡Por supuesto que ya me di cuenta idiota!
- ¡Eres una zorra! - me grita Alondra.
- ¡Oye! no le digas así - le gritan Patrick y Phineas al unisono a la chica.
- Solo l
Literature
Mi primer fic
Capítulo 1 El comienzo.
Era un mañana en Danville, Phineas y Ferb aún dormían pacíficamente en su habitación, no era muy normal que siguieran dormidos a está hora, pero era un poco comprensible ya que el desvelarse viendo un maratón de películas tenía su consecuencia. Ya a sus 15 y 16 años de edad creían que sería divertido ver películas de terror hasta las 2 de la mañana y estando de vacaciones no habría ningún problema.
Candace se levantó y como todas las mañanas le llamo a Jeremy, su novio.
—Hola Candace, buenos días.—saluda.
Literature
Phinbella-Un duro reto
No tengo celos, no tengo celos, no tengo celos. Repito la frase para convenserme a mi mismo pero no funciona por más que quiero no consigo no sentirme celoso.
Aprieto los puños y frunzo el ceño, él ya se dio cuenta por lo que toca su mano ella la aleja de inmediato eso me relaja pero aún así me molesta que él le siga hablando tan tranquilamente, llega otro chico le sonrie y yo aprieto más lo puños ¿¡Por qué!? ¡Todos están aprovechando el momento! Oh solo quiero ver que se le acerquen en dos días haber si lo logran.
Llega otro más de sus pretendientes, no me gust
Suggested Collections
Featured in Groups
Personajes ficticios, historia ficticia.
Dedicado a las personas que pasan o pasaron esto. Sigan siendo fuertes.
Love is Louder
© 2014 - 2024 MyaLove16
Comments3
Join the community to add your comment. Already a deviant? Log In
wooow ¡Que bello!!!
Un poco... sin coherencia, de momentos confundí en los tiempos en los que hablaba el personaje principal pero, el mensaje es precioso (y normalmente este tipo de relatos no me gustan) pero el tuyo ha estado genial