Llorar y despertar

"9:12" marca el reloj de la brillante pantalla ante mí. Asomo la cabeza por la ventana, está oscuro afuera. Quizás hay algunas luces pero no las noto entre mis lágrimas amargas. Una canción ochentera suena en el fondo, seguro hay una "reunión" en alguna de las casas de mis vecinos.
La noche no para. La vida no para por un corazón desmoronado, por un alma quebrada.
Me miro en el espejo intentando encontrar esa mirada fuerte y decidida, aquella sonrisa burlona ante la vida, y aquel perfil de quién lo imposible desconoce, pero no encuentro nada. Sólo una pequeña niña asustada, una pequeña con miedo a fallar, con miedo a perder lo único que desea de verdad. Sus ojos enormes llenos de lágrimas me miran desconsolados y algo se rompe dentro de mí, sus rosados labios tiemblan con pánico, su rostro no para de mandar esa aura triste y frágil. Quisiera no verla, quisiera alejarme pero me es imposible. Mis pies fallan en el intento de huir y me tiran, ¡Ahí! ¡En el piso!...a mí, aquella imparable, que se decía superior...mis propios pies me han tirado al piso. Los ojos me arden de tanto rato llorando, la garganta hecha un nudo imposible de tragar y los pulmones que no pueden respirar. Me desespero...lloro más.
Sólo una cosa he deseado desde niña: Irme de aquí y poder hacer una vida propia.
Ahora, me siento inútil, estúpida, inservible...tan simple.
Tengo miedo de ir a hacer ese examen que podría sacarme de aquí. Tengo miedo porque no quiero ser rechazada por el último sueño de mi interior, por lo único que me ha mantenido con vida los últimos 6 años.
Tengo aquí, seguro, la oportunidad de una vida...pero no sería feliz. No es lo que quiero. Lo he visto con muchos antes de mí, y no es lo que deseo. Anhelo aquello fuera de lo que conozco.
Sigo llorando, sintiéndome una imbécil ante la vida.
¿Es válido llorar por algo que no se necesita pero realmente se quiere?
Subo a mi cama, ya cansada de tanto llorar.
Quedo dormida entre lamento y lamento. Pero decidida que al despertar, podré enfrentar lo que venga y decidida a alcanzar lo que mi alma anhela.